La persistencia es un don obligatorio en un guerrero. Un guerrero nunca descansa, siempre está preparado ante cualquier situación imprevista, sabe reaccionar contra las dificultades que se le presentan.
Cada dificultad es un combate nuevo, una nueva estrategia que hay que planificar rápidamente y desarrollar, con la idea siempre presente de que esa estrategia puede llevar a nuevas dificultades.
Pero es virtud guerrera disfrutar desentramando los retos, ya que lo hace más fuerte y más capaz para nuevas pruebas. Como todo, se trata de experiencia, nadie nace enseñado, y no existe una guía práctica sobre cómo superar los problemas.
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