Las personas cambian, crecen, a veces incluso maduran... otras no. Puede envejecer la capa visible de su ser, pero continuar habiendo un niño en su interior, incapaz de enfrentarse a la realidad, incapaz de enfrentarse a la cruda realidad diaria, incapaz de gritar un "¡Basta!", incapaz de buscar soluciones a sus problemas... tan sólo viviendo el día a día... mientras las horas van pasando y el reloj se escucha en un constante "tic tac" que pregona la muerte de un día más. Un día más que va a pasar, que has podido perder o utilizar, pero que ya no volverá. Porque el regreso al pasado no existe, ni posiblemente exista nunca...
"Tic-tac, tic tac" ese sonido que te alerta de que te van cogiendo ventaja los minutos en tu constante carrera contrarreloj en la vida...
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