sábado, 23 de marzo de 2013

Subí a lo alto de la colina,. Durante el ascenso, el viento sacudía mis mejillas como queriendo advertirme que detuviera mi paso. Pero no le hice caso al viento, ¿porqué detenerme si no es lo que quiero? ¿Porqué detenerme después de haber caminado tanto? Sería en vano todo lo recorrido hasta ahora, y perdería toda la razón de que esté aquí, pensé.

Por eso subí hasta la cima. Allí me senté y estuve meditando largo y tendido. ¿Qué hacer? ¿Qué hacer? Conversaciones, sentiemientos, deseos, sueños, utopías incandescentes, peligros, advertencias, canciones, sonrisas, gritos, disparos... todo daba vueltas en mi cabeza. Casi sentía que mi cuerpo se elevaba, debido a la gran velocidad con la que chocaban una y otra vez todos esos pensamientos en mi interior.

Cualquier paso atrás era sinónimo de rendirse, de tirar la toalla, abandonar la pelea, sucumbir ante la presión, desertar, traicionar a la patria, deshonrar a la familia, hundir mi orgullo, escupirlo y pisarlo sin compasión alguna... y eso no era una opción válida para mí. NO. RETROCEDER NUNCA, RENDIRSE JAMÁS, eso quedó grabado en aquel combate con derrota semi amarga....


martes, 19 de marzo de 2013

Castillos de papel



Las ilusiones son como castillos de papel, con una brisa suave se derrumban. Y no existe lugar donde no sople el viento, que con arte de ninja logra entrar en cualquier morada ajena.

No es cuestión de ponerse delante del castillo de papel para protegerlo del viento. Eso sería como aferrarse al aire mientras se cae al vacío, inútil. De ilusiones nadie vive. Las ilusiones pueden ser bonitas, pero no son reales.

Y soñar no cuesta nada, pero los sueños tan sólo son eso, simples sueños, lejanos a la realidad y a veces, tan tentadores, que nos envuelven con su canto de sirena, hasta trasladarnos a un mundo donde la imaginación vence a esa realidad.

lunes, 18 de marzo de 2013

Persistencia...

La persistencia es un don obligatorio en un guerrero. Un guerrero nunca descansa, siempre está preparado ante cualquier situación imprevista, sabe reaccionar contra las dificultades que se le presentan.

Cada dificultad es un combate nuevo, una nueva estrategia que hay que planificar rápidamente y desarrollar, con la idea siempre presente de que esa estrategia puede llevar a nuevas dificultades.

Pero es virtud guerrera disfrutar desentramando los retos, ya que lo hace más fuerte y más capaz para nuevas pruebas. Como todo, se trata de experiencia, nadie nace enseñado, y no existe una guía práctica sobre cómo superar los problemas.