domingo, 25 de octubre de 2015
¿Por qué me persigues como una maldición
flotante que no cesa?
¿Por qué me torturas con el ir y venir de tus recuerdos?
¿Por qué la condena a la noche gélida en el infierno?
Incansable me da caza Morfeo, dueño y señor de la noche
en un laberinto sin salida.
No quiero huir, yo nunca huyo
Pero se retuercen los tallos en mi cabeza
se nubla mi mente cual tormenta de aire en un desierto
Y los inexplicables desenlaces
a pesar de los cambios en las formas
no dan pie a desenredar este cactus
que se agarra con sus púas por todo mi cuerpo
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